Tantra massage in hotel

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¿Por qué elegir un masaje Mutuo?

Hoy en día, existen una gran variedad de masajes eróticos, pero sin duda uno de los más placenteros y excitantes son los que se realizan con la técnica del espejo.

Esta técnica forma parte de lo que se denominan masajes interactivos, que se caracterizan porque la persona que recibe el masaje también participa en el mismo. Es decir, no hay una persona que da el masaje y otra que lo recibe tumbada sobre una mesa de masajes, sino que a lo largo de la sesión, las dos personas intercambian los papeles. Este intercambio puede producirse de distintas maneras, aunque lo más común es que primero sea uno el que da el masaje mientras el otro permanece tumbado y luego intercambien sus lugares. Sin embargo, también existen otras técnicas en las que el masaje erótico no se produce por turnos, sino que hay una interacción permanente entre las dos personas. En ellas, las dos personas dan y reciben el masaje de forma simultánea.

Este es el caso de los masajes basados en la técnica del espejo, en los que las dos personas son a la vez masajista y paciente. Como su nombre indica, este tipo de masaje parte de la idea de que la otra persona sería nuestro reflejo en un espejo, por lo que debe hacer lo mismo que nosotros y seguir todos nuestros movimientos.

Para realizarlo necesitamos disponer de un lugar cómodo en el que no vayamos a ser interrumpidos. También es necesario que la temperatura sea adecuada, ya que, lo primero que debemos hacer es desnudarnos. Una vez que lo hemos hecho, nos sentamos enfrente de nuestra pareja, de forma que las rodillas se toquen. Uno de los dos miembros de la pareja inicia el masaje eligiendo una zona y trabajando sobre ella. Por ejemplo, puede empezar por la nuca y los hombros. Cuando acabe, la otra persona debe hacer esos mismos movimientos. A continuación, el primero elegirá otra zona y el segundo también lo repetirá, y así sucesivamente. Después de un rato, pueden intercambiar los papeles de quién decide y quién sigue los movimientos. Si necesitamos masajear una zona del cuerpo a la que no tenemos acceso estando sentados, podemos tumbarnos mientras dura esa técnica concreta. Se trata de un masaje muy placentero, ya que, permite decidir qué zonas queremos acariciar y que nos acaricien, pero también dejarnos llevar por los deseos del otro.