El papel de la sexualidad en el camino espiritual tántrico hotel tantra.
Es necesario recordar un punto fundamental: las prácticas relacionadas con la sexualidad son sólo una pequeña parte del Tantra, así como la esfera
sexual no es que una más de las esferas que constituyen la existencia
humana. Estas enseñanzas, por lo tanto, en el Tantra son de la misma
importancia que aquellas sobre la meditación, la respiración, la
purificación, la filosofía, la alineación del cuerpo y de la mente.
En este camino nos centramos en el aspecto de la sexualidad, ya que este a
diferencia de otros, ha sido dejado de lado: en efecto, mientras que el yoga
y la meditación se han extendido como pólvora por todo el mundo, todo lo
que tiene que ver con la sexualidad sagrada hasta ahora ha mostrado sólo
su sombra, por así decirlo, por lo menos a nivel de masa, dejando su lado
luminoso todavía oculto para la mayoría.
Descubramos entonces cuál es el papel de la sexualidad en el Tantra.
Son necesarias algunas aclaraciones, considerando la habitual confusión
que tiende a hacerse sobre los temas «amor» y «sexo».
Cuando en el Tantra se habla de sexualidad se refiere a un conjunto
de conocimientos sobre el amor. En algunas mentalidades existe una
distinción entre el sexo y el amor; en el Tantra no, el sexo es
considerado como una de las manifestaciones humanas del amor. El
hecho de que éste es placentero, instintivo, a veces animalesco o
divertido no lo priva del papel que legítimamente le pertenece, aquel
de expresión del amor, la más ancestral, original, natural y potente en
absoluto.
Sexo y amor en el Tantra se consideran sagrados, son los más altos
representantes de la energía divina en los seres humanos. Por su
propia naturaleza, sexo y amor son ingobernables, misteriosos,
sorprendentes, inagotables, nunca dejan de maravillar y enseñar. Es
obvio que para captar este aspecto sagrado es necesario despertar un
cierto tipo de sensibilidad que a menudo, siendo prisioneros de la
rutina diaria y las cuestiones materiales de la vida, tiende a estar
dormida, a veces durante años. Una sensibilidad que, entre otras
cosas, pone en conexión directa con la vulnerabilidad y la «pequeñez»
del ser humano, el cual de frente a la inmensidad del universo y al
milagro de su aliento eterno, no puede re-dimensionar y relativizarse
a sí mismo, reintegrándose en la naturaleza. La sexualidad en el
Tantra se inserta al interno de este tipo de percepción de la realidad.
Hay una diferencia sustancial entre el fluir del amor y el sentimiento
institucionalizado. Encontramos este último en diferentes formas,
dependiendo de la cultura a la cual hacemos referencia; en la
occidental está presente en el compromiso y el matrimonio, por
ejemplo. La sociedad, para ser estable y duradera, necesita cristalizar
en cierto modo las relaciones que hacen de pilar en los grupos
humanos; entre éstas sin duda está la pareja, que se forma
espontáneamente y dentro de la cual se produce la reproducción de la
especie humana. Esta relación, habiéndose revelado como uno de los
pilares de la humanidad, en muchas culturas se ha institucionalizado,
con el fin de hacerla más sólida y duradera, y para asegurar un
equilibrio global de la sociedad.